El cráneo -Drimolen cranium DNH 155- recientemente descubierto en sudafrica de un antiguo pariente humano revela que la especie sufrió cambios dramáticos en un corto período de tiempo durante la prehistoria, un fenómeno conocido como microevolución, según un nuevo estudio, de Nature ecology & evolution. Anteriormente, se pensaba que los machos de Paranthropus robustus, una especie australopithecina extinta (parientes de Lucy), eran sustancialmente más grandes que las hembras. Esta dicotomía es bien conocida entre algunos primates de hoy en día, como los gorilas, los orangutanes y los babuinos.
No obstante, un nuevo fósil muestra que las diferencias atribuidas al sexo se deben en realidad a la microevolución, ya que la especie evolucionó rápidamente durante un período turbulento de cambio climático local en la prehistoria hace unos 2 millones de años. El equipo de investigación internacional incluye antropólogos de la Universidad de Washington entre los que se encuentran Jesse Martin y David Strait.
Paranthropus robustus en buen estado
«Este tipo de fenómeno es complicado de documentar en los yacimientos especialmente en lo que se refiere a la evolución humana temprana», según Strait profesor de antropología en la Universidad de Washington. El fósil muy bien conservado fue descubierto por la estudiante, Samantha Good.
«Demostrar que Paranthropus robustus no es especialmente dimórfico sexualmente elimina gran parte del ímpetu para suponer que vivían en estructuras sociales similares a las de los gorilas, con grandes machos dominantes que vivían en un grupo de hembras más pequeñas», dijo en una declaración el investigador principal del estudio, Jesse Martin, candidato al doctorado en el Departamento de Arqueología de la Universidad La Trobe de Melbourne (Australia).
Los investigadores han sabido de Paranthropus robustus desde 1938, pero el nuevo hallazgo fósil – el cráneo de un macho descubierto el 20 de junio de 2018, lo que le valió el apodo de Fósil del Día del Padre – arroja nueva luz sobre la especie. Basándose en descubrimientos anteriores, los científicos sabían que P. robustus era un homínido de dientes grandes y cerebro pequeño (un grupo que incluye a los seres humanos, nuestros antepasados y nuestros primos evolutivos cercanos) que vivió al mismo tiempo que otros antepasados humanos, incluyendo el Homo erectus y el Australopithecus.

Para el nuevo hallazgo, desenterrado en la Cantera Principal de Drimolen al norte de Johannesburgo, los investigadores escanearon digitalmente fragmentos del cráneo. Así, lo reconstruyeron digitalmente y vieron detalles anatómicos que de otra manera podrían haber pasado por alto. Este estudio reveló que el cráneo del varón es en realidad bastante parecido a los restos de la hembra P. robustus encontrados en el mismo sitio. Sin embargo, en otro yacimiento fósil conocido como la cueva Swartkrans, los machos son «apreciablemente diferentes» de una hembra encontrada previamente en Drimolen, lo que llevó a la idea de que los machos superaban a las hembras, dijo Martin.
«Ahora parece que la diferencia entre los dos sitios no puede explicarse simplemente como diferencias entre machos y hembras, sino más bien como diferencias a nivel de población entre los sitios», dijo Martin en una declaración. «Nuestro trabajo reciente ha demostrado que Drimolen es anterior a Swartkrans en unos 200.000 años, por lo que creemos que Paranthropus robustus evolucionó con el tiempo, con Drimolen representando una población temprana y Swartkrans representando una población posterior, más [evolucionada]».
Estos cambios anatómicos son el primer ejemplo de alta resolución de microevolución dentro de una especie homínida temprana, dijeron los investigadores. En conjunto, los fósiles de P. robustus muestran que la forma única en que esta especie masticaba se desarrolló de forma incremental, probablemente durante cientos de miles de años. (Un estudio publicado en 2018 en la revista Royal Society Open Science encontró que P. robustus tenía un «giro» inusual en las raíces de sus dientes, lo que sugiere que la especie masticaba con un ligero movimiento de rotación y de vaivén con su mandíbula mientras comía).
Microevolución del Paranthropus robustus
Es probable que Paranthropus robustus haya sufrido una microevolución debido al cambio climático local, cuando lo que hoy es Sudáfrica se estaba secando. Anteriormente, los antroplogos sabían que poco después del descubrimiento de Paranthropus robustus, el Australopithecus se extinguió. En esa época, el Homo erectus también surgió en esa región. Esta transición ocurrió rápidamente, evolutivamente hablando, probablemente en el orden de unas pocas decenas de miles de años.
«La hipótesis de trabajo ha sido que el cambio climático creó estrés en las poblaciones de Australopithecus, lo que eventualmente llevó a su desaparición, pero que las condiciones ambientales fueron más favorables para Homo y Paranthropus robustus, que pueden haberse dispersado en la región desde otros lugares», dijo en la declaración el coinvestigador del estudio David Strait, profesor de antropología biológica de la Universidad de Washington en San Luis. «Ahora vemos que las condiciones ambientales probablemente también fueron estresantes para Paranthropus, y que necesitaban adaptarse para sobrevivir».
Debido a la microevolución, parece que Paranthropus robustus probablemente desarrolló una capacidad de masticar que podía moler plantas resistentes, como los tubérculos, según el estudió la co-investigadora Angeline Leece, arqueóloga de la Universidad La Trobe.
Recursos bibliográficos
David S. Strait. (2020). Drimolen cranium DNH 155 documents microevolution in an early hominin species. Nature ecology & evolution.